![]() "El gigante negro" o golem de Soul Calibur viene a representar un papel que no debe faltar en cualquier juego de lucha: el típico personaje que hace uso de la fuerza bruta para sus ataques. Con un aspecto de verdugo/ejecutor, Astaroth cumple su función a la perfección, resultando un personaje de ejecución notable. Astaroth comparte muchas similitudes con Rock en su concepción y movimientos: aunque los dos aparecieron en la plantilla de Soul Calibur e incluso se enfrentaron a lo largo de la historia, finalmente fue Astaroth quien ganó la partida, ya que resulta muchísimo más eficaz, poderoso y competitivo que el personaje original, por lo que ha sido de sentido común que haya acabado sustituyéndolo. Además de su descomunal fuerza, cuenta con un alcance increíble que le puede llevar a acabar cualquier combate en pocos segundos, incluyendo movimientos encaminados a sacar al rival del escenario. Gracias a su control sencillo y alta efectividad, es recomendable tanto para novatos como para maestros, que no obstante deberán tener en cuenta la lenta ejecución de sus golpes. Hay que mencionar que el Astaroth de Soul Calibur V es otro completamente diferente al original, aunque compartan movimientos. |
|
---|---|
Valoración personaje usuarios: | |
País de origen: | ![]() |
Estatura y Peso: | 2,06m - 130Kg (Astaroth 1 - SC-SC IV) 2,20m - 183Kg (Astaroth 2 - SC V) |
Estilo de Lucha: | Gyulkus |
Arma: | Hacha Gigante |
Fecha de nacimiento: | 3 de Septiembre de 1584 (Creación original, SC-SC IV) |
Familia: | Creador: Kunpaetku, asesinado por Maxi |
Aliados: | Nightmare, Dios Ares |
Enemigos / Rivales: | Maxi, Rock |
Seleccionable: | Soul Calibur, Soul Calibur 2, Soul Calibur 2 HD, Soul Calibur 3, Soul Calibur 4, Soul Calibur Broken Destiny, Soul Calibur 5, Soul Calibur: Lost Swords |
Ares, dios de la destrucción deseaba poseer la demoniaca “Soul Edge”, por lo que ordenó a su gran sacerdote Kunpaetku buscarla.
Astaroth fue creado en el fuego del infierno, bajo la protección divina del dios de la destrucción para encabezar la búsqueda. El gran sacerdote Kunpaetku ordenó su creación, para encontrar la espada demoniaca.
Al mirar a Astaroth cuando se alejaba del santuario con su gigantesca hacha en mano el gran sacerdote se rió para sí mismo, "Si poseyese su inmenso poder, deseado incluso por los dioses, ¡me convertiría en un dios!
Siguiendo la orden de Ares de buscar la espada, el gran sacerdote Kumpaetku usó la magia negra para crear un golem al que llamó Astaroth.
Cuando Astaroth encontró la espada, estaba muy debilitada, pues había perdido la mitad de su hoja en una batalla. El golem pensó que su dios no quedaría complacido con el arma en esas condiciones, y siguió las órdenes de Nigthmare (el dueño de la espada por entonces) y mató a innumerables personas para fortalecer la espada maldita. Tres años después, la espada había recuperado su poder y se acercaba la hora de arrebatársela a Nigthmare.
Sin embargo, Astaroth fue derrotado por un guerrero antes de cumplir su misión. Astaroth se convirtió en un ser odiado para todos aquellos que sobrevivieron sus masacres.
Cuatro años después, Astaroth resucitó. Tan sólo un extraordinario poder fue capaz de realizar semejante hazaña. Fue una especie de milagro. El cuerpo de Astaroth también absorbió fragmentos de Soul Edge, haciéndole más poderoso y despiadado. Astaroth debió de recordar su misión, ya que inmediatamente después empuñó su hacha y se desvaneció en la niebla.
Después de resucitar, Astaroth volvió a ponerse en camino en busca de Soul Edge para entregársela en ofrenda a Ares, el dios de la guerra y la destrucción.
El líder del culto maligno y creador de Astaroth, el sumo sacerdote Kunpaetku, percibió que su siervo no cumplía las instrucciones y le lanzo un conjuro de control desde el templo.
Pero el fragmento de la espada maligna y el poder de Ker, agente de la muerte, permitieron a Astaroth resistir el conjuro.
Para el, el culto se había convertido en un mero obstáculo en su camino. El monstruo regresó al templo que lo había visto nacer y desató un torbellino de destrucción. El sumo sacerdote pudo huir en el último momento tras ser perseguido hasta las profundidades del templo por Astaroth, no sin antes decir estas últimas palabras:
“iEres un fracaso! ¡Quizá te hayan modelado a imagen y semejanza de los humanos, pero en realidad no eres más que un títere!”.
Astaroth no daba crédito a lo que estaba oyendo. Buscando por entre las ruinas del templo, que se estaba desmoronando a su alrededor, averiguó que había sido creado a imagen de alguien denominado el “Gigante Blanco”.
Tras la destrucción total del templo, Astaroth se paró a reflexionar. Ese “gigante blanco” que había sido su modelo debía de ser forzosamente el alma más poderosa del mundo. Y él ofrecería esa alma como sacrifico a la espada maligna.
Su gigantesca silueta empezó a moverse. Ya había elegido a su siguiente objetivo.
Ni siquiera el propio Astaroth se daba cuenta del deseo que se ocultaba en su interior destruir al gigante blanco para ser completo, un ser único sin modelo alguno.
Cuando descubrió la verdad sobre su origen (que había sido modelado siguiendo el patrón de un frágil humano), Astaroth quedó profundamente impactado. Luchó inconscientemente contra ese hecho durante algún tiempo, hasta que se encontró al humano y eso casi le destruye. Pero luego todo en su interior se revolvió. Por fin adquirió conciencia de sí mismo. Hasta ahora había estado a merced de su señor, el dios de la destrucción, y había cumplido su voluntad. Eso le enfurecía enormemente. Feroces pensamientos le embargaban. Astaroth hizo girar el hacha salvajemente, y cuando se detuvo, el paisaje había cambiado irremediablemente.
Astaroth continuaba sembrando el caos cuando una muchacha llamada Tira se presentó ante él para aconsejarle, “Ven. Si buscas el poder para dar caza a un dios, conozco un sitio mejor”. Comprendió que era una sirviente de Soul Edge, y solo quería utilizarle. Pero la verdad era que necesitaba pastos más ricos donde cosechar almas.
Guiado por alas de ébano, Astaroth puso pie en Ostrheinsburg como lo había hecho años antes. Una vez más, entró al servicio de Nightmare fingiendo obedecer mientras esperaba la oportunidad de hacerse con su poder. Esta vez, sin embargo, tenía un propósito distinto, y solo obedecía a su propia alma.
“Que los necios desciendan sobre Ostrheinsburg; ¡sus almas serán mías! ¡Lo devoraré todo, incluyendo a la misma Soul Edge!”
Fygul Cestemus, un culto que adoraba al torcido Dios Ares, se estaba preparando para llevar a cabo su gran renacimiento. "El dolor ... el dolor! UAARRRGH!" Desde las profundidades de un templo subterráneo, los nacidos pulmones gritaban en tormento.
El gigante artificial del culto, Astaroth, siempre había seguido los deseos de su amo, hasta que un día hace 17 años la criatura desarrolló una voluntad propia y se rebeló; tanto Astaroth como Fygul Cestemus fueron destruidos. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los sacerdotes de Marte y Venus fabricaron una mujer mecánica para recuperar el núcleo de Astaroth y devolverla al culto, que ya había comenzado a reconstituirse.
Las facciones se enfrentaron por el control del artefacto preciado, pero terminaron en las manos del Sumo Sacerdote Kunpaetku, cuya vida estuvo al borde de la muerte. Si el núcleo de Astaroth había sido un regalo de los dioses, Kunpaetku razonó, que desentrañar sus secretos le otorgarían el poder de crear vida propia. ¡Incluso podría superar los propios dioses!
Finalmente, la investigación dio sus frutos. Radiante de triunfo, el sumo sacerdote contempló el nuevo Astaroth mientras rugía y desgarró sus cadenas. "¡Sí, Astaroth, rabia! ¡Furia! Muy pronto el mundo conocerá su ira..." Astaroth fue sólo el primero de los muchos monstruos que creó. Liberados de su guarida subterránea, una multitud de ellos movían con pesadez al oeste, atraídos por el poder de un alma lejana...