![]() Olcadan es un personaje exclusivo de la tercera entrega que repite el papel de Edge Master y Charade, imitando en su forma de luchar al resto de personajes al inicio del combate y tras cada round, estando enfocado a los jugadores expertos que quieran sorprender al rival. Su diseño con cabeza de búho blanco por una maldición, añade algo de personalidad y lo hace un personaje destacable en el menú de selección de personajes, que además está acompañado por el significado que este animal tiene y ha tenido en la creencia popular o diferentes culturas, donde en casi todas se le asociaba a la sabiduría y a lo sagrado. De hecho, Olcadan es el maestro en los tutoriales que incluye Soul Calibur III. |
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Valoración personaje usuarios: | |
País de nacimiento: | ![]() |
Estatura y Peso: | 1,80m - 79Kg |
Estilo de Lucha: | Varios |
Arma: | Domina varias armas |
Fecha de nacimiento: | Desconocida |
Familia: | Fallecida hace tiempo |
Seleccionable: | Soul Calibur 3 |
En tiempos remotos, en la época de los mitos, existió un hombre llamado Olcadan, ducho en todas las formas de combate.
Con la única excepción de un empate, podía vanagloriarse de haber vencido todas las veces en los innumerables duelos en los que había combatido. Pero entonces volvió su mirada hacia los dioses. Combatió contra un enorme búho, mensajero del dios de la guerra, y lo derrotó; pero el dios se enojó y maldijo a Olcadan, transformando su cabeza en la de un búho. Al ver los efectos de la maldición, los hombres quisieron capturar a Olcadan para obtener el perdón de los dioses. Tras él se lanzaron los “sabios de los robles”, hechiceros que se aprovecharon del juramento que Olcadan había hecho para conseguir su poder y lo capturaron.
El dios de la guerra se apareció en la forma de un búho real sin cabeza y envió a Olcadan a unas antiguas ruinas hundidas en las profundidades de la tierra.
Sin poder hallar la salida, Olcadan se rindió y se resignó a su destino, cayendo en un pesado sueño.
Pero el poder de la Semilla Maligna rompió el sello del laberinto y Olcadan pudo finalmente escapar de él. Al salir del laberinto por primera vez en una eternidad, se dio cuenta de que el mundo había sufrido grandes cambios desde sus tiempos. Pero no se sentía especialmente apesadumbrado por ello. Las oleadas de energía que habían interrumpido su sueño procedían sin duda del mayor poder de esta era.
Aprendió a sobrevivir en el nuevo mundo enseñando técnicas de combate que él mismo había desarrollado y, con el paso de los años, aprendió cuanto necesitaba sobre la nueva época. Luego, con la intención de recuperar sus instintos de combate que el largo sueño había adormecido, volvió a apartarse del mundo y se encerró en el laberinto, con el propósito de prepararse para desafiar al rival más poderoso de ese tiempo. Se trataba de una pareja de espadas que en su momento habían sido jóvenes y débiles; ahora, en cambio, esas armas, forjadas por las manos de los hombres, rivalizaban con los propios dioses...