![]() Sophitia es uno de los personajes clásicos que más ha evolucionando en cuanto personalidad, ya sea luchando contra el mal o sacando su instinto maternal, e incluso si eso suponía enfrentarse a su propia hermana. Si bien, tradicionalmente ha sido uno de los personajes más equilibrados o sólidos, en un principio puede transmitir que es mejor de lo realmente es, algo que desaparece cuando se llegan a conocer sus mecánicas de juego. A pesar de que sus movimientos son limitados, lo compensa gracias a un excelente equilibrio fuerza-velocidad (y capacidad para contraatacar), a lo que se suman golpes bastante seguros y un fácil manejo, que la hacen recomendable para jugadores de cualquier nivel. |
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Valoración personaje usuarios: | |
País de nacimiento: | ![]() |
Estatura y Peso: | 1,68m - ??Kg (secreto) |
Estilo de Lucha: | Estilo Ateniense |
Arma: | Espada ateniense y escudo |
Fecha de nacimiento: | 12 de Marzo de 1566 |
Familia: | Padre: Achelous, Madre: Nike, Hermana: Cassandra, Hermano: Lucius, Esposo: Rothion, Hijo: Patroklos, Hija: Pyrrha |
Aliados: | Cassandra, Taki |
Enemigos / Rivales: | Cervantes |
Seleccionable: | Soul Blade, Soul Calibur, Soul Calibur 2, Soul Calibur 2 HD, Soul Calibur 3, Soul Calibur 4, Soul Calibur Broken Destiny, Soul Calibur: Lost Swords, Soul Calibur VI |
Sophitia era una chica que trabajaba en una panadería familiar, en Atenas. Siempre había apreciado la cultura de su país. A menudo oraba al guardián de su pueblo, Palas Atenea, la diosa de la sabiduría. Un día, mientras se bañaba en un bosque en primavera, una luz brillante apareció y tomó la forma de un hombre. El hombre le dijo que él era el dios olímpico Hefesto, el dios de la herrería.
Le habló de Soul Edge, y como una espada maligna podía arruinar su reputación. En el caso de que alguien la llegara a encontrar, traería mucho dolor al mundo. Hefesto ordenó que fuera al templo para recibir un arma, con la que pudiera destruir la espada maligna. Preparada para la batalla, dejó su tierra natal para luchar contra el mal.
Siguiendo un oráculo de Hefesto, el dios del fuego, Sophitia consiguió destruir una mitad del "Soul Edge".
Después de recuperarse de las heridas causadas por los fragmentos de la espada regresó como la hija de un panadero y pasó días en paz. Sin embargo, un día Sophitia tuvo un mal presagio acerca de un caballero con una armadura azul y una espada diabólica.
De nuevo Sophitia recibió un oráculo de Hefesto, para destruir los restos del "Soul Edge". Al emprender su camino, Sophitia tomó su espada con fuerza y el escudo forjado por Rothion, su prometido.
Sophitia era la hija mayor de un panadero. Tenía una vida normal hasta que un día el oráculo de Hefesto, el dios del fuego y la fragua, le dijo que debía destruir una espada maldita llamada Soul Edge.
Así fue como Sophitia emprendió dos viajes. En el primero, consiguió destruir una mitad de Soul Edge pero sufrió graves heridas por los fragmentos de la hoja rota. El segundo viaje lo emprendió unos años después cuando supo que los restos de Soul Edge estaban causando estragos.
Durante el segundo viaje, Sophitia descubrió que alguien ya había destruido la espada maldita así que regresó con su prometido Rothion.
Poco después se casaron y tuvieron dos hijos. Vivieron felices hasta el día en que encontraron unos fragmentos de metal. Sus hijos lucharon por unos fragmentos de metal que Rothion recibió de un extraño cliente. El aura maligna que emanaba de ellos hizo que se abrieran las viejas heridasde Sophitía. "Quizá los fragmentos de la espada maldita me infectaron con su oscura energía antes de que los sacaran de mi cuerpo" , pensó Sophitia.
Eso explicaría la reacción de sus hijos ante el fragmento de metal.
La hermana pequeña de Sophitia, Cassandra vio lo que ocurría y huyó con los fragmentos de metal. Sophitia tardó unas semanas en darse cuenta de ello.
Sophitia intentó liberar a sus hijos de la maldición de la espada y garantizar la vuelta de su hermana, que había huido para destruir Soul Edge en nombre de Sophitia. Sophitia contaba con la ayuda de una espada y un escudo nuevos que su amado marido había forjado para ella.
Para salvar a sus hijos, Sophitia volvió a emprender un viaje. Siguiendo los rumores que hablaban de Nightmare llegó a la orilla del río Rin, desde donde se podía contemplar el castillo de Ostrheinsburg.
Una joven menuda con vestido verde rompió el silencio al aparecer de pronto en la niebla, y le habló con una sonrisa de inocencia. Sophitia permaneció en guardia y sacó su arma al darse cuenta de que el anillo excepcionalmente grande que la niña portaba era, en realidad, un arma.
“Soul Edge ya no está en ese castillo. Me gustaría jugar con tus hijos, ¿sabes?", dijo la joven. Sophitia la atacó sin responderle, pero la joven esquivó el ataque al tiempo que desaparecía en la niebla con una risita malévola. Sophitia volvió a su hogar a toda prisa y, con gran alivio, vio que su familia estaba a salvo. Pero no pudo descansar, porque no sabía qué hacer. Indecisa, Sophitia se dirigió al templo de Hefesto, dios de la forja.
Pero lo que hallo en el templo, esperándole, fue nada menos que a la joven de verde. Sophitia tomó rápidamente su espada y su escudo.
“¡Ajá! ¿Quieres luchar conmigo? ¡Sera divertido!” , dijo la joven con una radiante sonrisa. Bloqueando su ataque, Sophitia miró en los ojos de la joven y vio un gran vacío en su corazón.
“Pobre niña. Jamás has sido feliz... “, murmuró Sophitia.
La joven se quedó inmóvil, y su expresión cambió: en vez de la sonrisa fingida, su mirada expresaba ahora un odio terrible. Hizo retroceder a la sorprendida Sophitia y se alejó.
“Eres un fastidio... Cuando llegue el momento, vendré a buscar a tus hijos.”
Con la intención de proteger a sus seres queridos Sophitia templo su voluntad y decidió eliminar la amenaza de raíz. Comunicó a Rothion sus intenciones y de nuevo se atavió con sus ropas de viaje.
“Ten mucho cuidado…”, le dijo Rothion con dulzura.
Los ojos de esta mujer que confiaba en sí misma y luchaba por aquellos a quienes debía proteger brillaron con un destello de esperanza que iluminaría el futuro.
Sophitia prosiguió su búsqueda de la espada maldita y por fin llegó a sus dominios, Ostrheinsbrug. Allí averiguó la terrible realidad: mientras se hallaba fuera de casa, un pérfido servidor de la espada maldita había secuestrado a su hija. Soul Edge se había hecho más poderosa que nunca, susurraba una voz siniestra, y su joven hija moriría sin el apoyo de su energía maligna.
“¿Estás destrozada?¡Yo también lo estaría, si hubiese abandonado a mis hijos a su suerte!” Las palabras cayeron como una losa sobre Sophitia, “Bueno, no me creas, si no quieres, pero te sugiero que lo pienses bien antes de tomar tu decisión”. Había corrido tras la espada para destruirla, pero ahora pensaba en las consecuencias. Si Soul Edge era destruida, ¿qué sería de su hija?
Y así, para que su hija pudiera vivir, la cruzada Sophitia hizo su elección: combatir a cualquier guerrero que llegara a Ostrheinsburg para destruir a Soul Edge. Con cada nuevo pecado, los remordimientos torturaban su corazón, pero no había otro camino. ¿Volverían a vivir bajo la luz del sol Sophitia y su familia algún día?